La música es una de las formas que tenemos los
seres humanos para expresar la belleza
que reside en todos nosotros. Existe una larga lista de actividades que
pudiéramos realizar. Todas ellas esconden detrás una oportunidad que nos puede
conectar con nuestra identidad más profunda.
Al tocar el
violín noté que la vibración que emergía de su cuerpo penetraba más allá de mis
sentidos para llegar a lo más profundo de mí ser. Con apenas un par de notas,
pude comenzar a experimentar una percepción diferente del mundo que me rodea.
Como si todo fuera una sutil vibración.
Todos los días
aprendemos algo nuevo, y para mí, en el mundo del violín, hay un camino
fascinante por recorrer. Nuevas técnicas, estilos musicales, notas, escalas,
digitación, solfeo, armonía, apreciación musical y muchas cosas más. A veces es
tanta el ansia por aprender, que pocas veces me detengo para revisar mis progresos.
Sensibilizarnos es como afinarnos a frecuencias más elevadas y sutiles. Es
despertar y cultivar la atención plena.
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